Duración aproximada: 18 minutos

Bailaores que se presentan como máquinas de ritmos, secuenciadores de polirritmias para transmitir y transmutar el legado de aquellos bailaores históricos que fueron patriarcas, apóstoles y profetas del zapateado y de sus discípulas, zapateadoras prodigiosas y mujeres valientes, reinas indiscutibles del baile flamenco.

Siguiendo el antiguo concepto de baile a la guitarra, realizaremos transcripciones al zapateado de partituras, músicas y toques flamencos históricos que se entrecruzarán para crear una polirritmia aleatoria y sorprendente que a su vez será la estructura, el acento, la textura y el orden.

Un soporte rítmico proporcionado por el propio zapateado, pero que también buscaremos en las vivencias, testimonios y conceptos de nuestros antecesores y de nosotros mismos y que encontraremos a lo largo de un viaje que nos llevará a quebrar la línea recta que produce el metrónomo al realizar la medición exacta del pulso. Un recorrido que nos incita a buscar texturas y sonidos con el pie descalzo para que otros bailen en una falla tectónica sintiendo la vibración de un seísmo, a cantar el zapateado con el lenguaje onomatopéyico con el que solamente se entienden los bailaores o a situarnos verticales y estáticos en un ruedo, donde la ferocidad del toro que embiste y el valor del hombre que lo enfrenta se entrelazan en un paso a dos de la vida y la muerte, una superposición de métricas rítmicas que representa la lucha del hombre moderno y la máquina, de la improvisación y lo premeditado y que nos hará bailar- zapatear inspirados en el sonido de las máquinas de una imprenta, el ruido del ferrocarril, de motores eléctricos de distinta intensidad, de una impresora, de los metrónomos o las maquinarias de la UCI de un hospital.

Llegar a la caída o el tropezón [paso típico del zapateado], a zapatear de rodillas como un penitente o mirando al cielo. Zapateado suave, zapateado enérgico; como un salvaje, como en el ritual Nijinskyano de la primavera, como un claquetista norteamericano, un jarocho o un poseso… como un flamenco.

Dirección, idea original, coreografía e iluminación: Rafael Estévez y Valeriano Paños

Concepto rítmico: Rafael Estévez

Intérpretes: Manuel Montes/ Jorge Morera

Vestuario: EP CIA

Creado en residencia artística INPROGRESS, FLAMENCO FESTIVAL. Ayuntamiento de Torrox Málaga y en las ciudades de Madrid y Huelva

¿Qué produce el cante flamenco en el cuerpo humano? ¿Es danza la expresión corporal que provoca el esfuerzo del cantaor al cantar? Estas dos preguntas son el punto de partida para la investigación de Nondedéu, una pieza de baile flamenco actual que es a veces una conversación entre el baile flamenco y la danza, el cante flamenco, la expresión corporal de los cantaores y cantaoras, una contestación o réplica danzada a las declaraciones y testimonios de un antepasado cantaor… Es Alberto Sellés, bailaor/bailarín/cantaor/coreógrafo con quien exploramos este camino que se bifurca en los contextos flamencos del propio Alberto y de su tío-bisabuelo Aurelio Sellés Nondedéu (1887-1974), legendario maestro del cante flamenco.

Del cantaor nos sirven como fuente de inspiración y documental unas grabaciones inéditas sobre las que baila y canta Alberto Sellés confluyendo así con su antepasado en un encuentro, diálogo y celebración de la unión de la tradición y la vanguardia, de lo ortodoxo y lo experimental, del cante y el baile, de la danza y la no danza, de la expresión corporal y la expresión del alma, la extroversión y la intimidad, el sí y el no, el temple, la vibración, el pasado y el presente.

Dirección artística: Rafael Estévez y Valeriano Paños

Idea original y coreografía: Rafael Estévez, Valeriano Paños y Alberto Sellés

Intérprete cante y baile: Alberto Sellés

Asistencia en escena e iluminación: Rafael Estévez y Valeriano Paños

Selección de repertorio: Rafael Estévez y Alberto Sellés

Creado en residencia artística de Investigación en Centro Coreográfico Canal Teatros del Canal Madrid.

Silencios toma como uno de sus puntos de partida un texto perteneciente al libro A year from monday de John Cage.

Silencios supuso en el momento de su estreno en 2016 la primera vez que nos encontrábamos cara a cara en un escenario, en una calle o en un espacio singular, sin compañía, sin bailarines, ni músicos, desde que comenzamos nuestra labor creativa y andadura como tándem artístico en 2003; nosotros dos frente a frente, en nuestra esencia, construyendo una conversación desde la crudeza del silencio, complementándonos el uno al otro desde nuestros distintos lenguajes dancísticos, conceptuales y vitales que con el transcurrir del tiempo se han convertido en unidad y que nos permite situarnos de forma natural, el uno en el lugar del otro; Estévez en el silencio agudo del sistema nervioso de Paños comprendiendo los cortocircuitos de un cuerpo que trabaja hasta la extenuación si es necesario, por la búsqueda de la belleza, de la definición y el perfeccionamiento del movimiento infinito, armónico, sensible y estilizado… Paños en el silencio grave de Estévez, el de los recorridos de la masa de su sangre que se ralentiza densa como la miel, cargada de ancestros de procedencias inimaginables y de una intuición y afinidad con tiempos pasados, que por edad no le ha tocado vivir, pero que son la base de su lenguaje de danza.

Los dos desde la quietud y desde la danza, desde el sonido y el silencio, desde lo pasado y lo presente… desde nosotros mismos.

Rafael Estévez y Valeriano Paños

El título del proyecto al que me invitaban Rafael y Valeriano provocó en mí un urgente deseo de explorar, deconstruir, definir, redefinir, encuadrar y delimitar no sólo el término de silencio, sino también el plural, teniendo siempre como punto de mira el posible impacto emocional de mis experimentaciones. En mí como guía y como testigo, así como en Rafael y Valeriano en tanto que intérpretes. Mi curiosidad y mi fascinación no se limitaban a buscar traducciones o metáforas coreográficas y dramatúrgicas a la definición de silencio, sino a entender la ausencia de qué ruidos, voces, músicas, memorias, constituían ese silencio. El misterio y la incertidumbre de lo no dicho, de lo no pronunciado, de lo no oído.

En cuanto al plural, además de la sucesión de momentos de silencio, me interesaba especialmente la acumulación vertical de diferentes silencios sucediendo al mismo tiempo. Y la comprensión de que, incluso cuando rompemos el silencio, otros silencios acompañan polifónicamentea esos ruidos, voces y músicas queretomansucurso.

Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola

Dirección artística, idea original y concepto, coreografía: Rafael Estévez y Valeriano Paños

Dirección artística y coreografía: Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola

Iluminación, atrezzo y vestuario: Rafael Estévez, Valeriano Paños y Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola

Creado en residencia artística en la Universidad de Nuevo México, National Institute of Flamenco Nuevo México [Albuquerque, NM, EEUU]. Madrid [España], Berlín [Alemania].