Duato se enamoró de la música de Debussy hace mucho tiempo, especialmente de la manera que tiene el compositor de convertir el sonido de la naturaleza en música. Cuando escucha su música, Duato visualiza formas, no personas, relaciones o acontecimientos. Por este motivo él considera Duende como una obra casi escultural: un cuerpo, un movimiento en armonía con la melodía.
De forma lúdica, el ballet también investiga en los medios de expresión de los distintos significados de la palabra que le da nombre: tener duende podría tomarse por tener encanto personal, o magia en el arte flamenco; y los duendes, según se encontraran en cuentos infantiles o en la imaginación de gentes supersticiosas, tendrían carácter bien distinto.
A principio del siglo XX Debussy era un compositor nuevo, y el público se encontraba a sí mismo escuchando sonidos sorprendentemente diferentes. Extraños, bellos y mágicos como deben haber sido, estos sonidos han hecho identificables sus complejas raíces culturales. La música de Debussy revela antecedentes clásicos y románticos, así como conexiones con la música laica, el folklore, las culturas árabes, orientales, eslavas e incluso el jazz.
CRÉDITOS:
Coreografía: Nacho Duato
Música: Claude Debussy (Pastorale y Finale de la Sonata para Flauta, Viola y Arpa (1916); Syrinx (1912/1913), Danse Sacrée et Danse Profane (1904)
Figurines : Susan Unger
Escenografía: Walter Nobbe
Diseño de iluminación: Nicolás Fischtel (A.A.I.)
Duración: 23'40''
Estreno absoluto: Estrenado por el Nederlands Dans Theater en el AT&T Danstheater, La Haya (Holanda), el 21 de noviembre de 1991
Distribuidor: YSARCA Art Promotions-Pilar de Yzaguirre